Una vez diagnosticada la enfermedad celíaca, el único tratamiento es la “dieta exenta de gluten”, que hay que mantener “de por vida”. A veces, hay que añadir medicamentos de hierro, calcio, vitaminas, etc., pero sólo como apoyo a la dieta sin gluten, en personas carentes de ello.
Muchas personas piensan que “no comer gluten es fácil”. Para algunas basta con no comer pan, ni pasta italiana, ni harina de trigo. Sin embargo, no basta, ya que hay que recalcar que la enfermedad se reactiva ante la presencia de cantidades mínimas de gluten y que muchos alimentos, bebidas y medicamentos llevan añadidos gluten. Además, por desgracia para los celíacos, la legislación no obliga a indicar que contienen gluten muchos alimentos que sí lo tienen.
Otras veces, aunque se usen alimentos sin gluten, éstos se contaminan con los utensilios de cocina (p.ej.: freir en aceites donde se han frito rebozados con harina de trigo, amasar en mesas donde antes se ha amasado con trigo, …), por lo que la enfermedad se reactiva.